Cada 31 de diciembre cuando el día esta por acabarse me vuelvo sin duda “La Makumbera Mayor ”, soy muy supersticiosa a la hora de recibir el nuevo año, lo acepto.
Una de esas tradiciones que nunca falla en mi rutina y tal vez sea la mas famosa son las benditas 12 uvas, que se supone debes de comértelas al son de las campanadas y a la vez pedir un deseo por cada uva. ¡Que dilema! Esto es como masticar chicle y caminar al mismo tiempo, lleva su ritmo. Por otro lado las campanas nunca las escucho, eso de campanadas en la iglesia de por mi casa no se estila, esta out de la moda, así es que solo me queda atragantarme las uvas y encima espulgarles las pepas dizque para jugar ese numerito en la lotería. La verdad nunca le he pegado a ese número, pero allí voy yo año tras año a comerme las benditas 12 uvas.
Otra Cábala que siempre hago es la de usar ropa interior roja para que no te falte el amor o amarilla para asegurar felicidad y “good moments” y ahora me pregunto yo: ¿si quiero las dos, me tendré que poner doble panty? Aquí entra otra disyuntiva, unos dicen que el panty debe de estar al revés otros que al derecho, la verdad es que al revés o al derecho, allí voy yo con mi doble protección para el amor, aunque ya lo tengo, nunca esta de más un poco de refuerzo y el otro para que el nuevo año venga cargadito de felicidad. ¡Yeahhhhh!
Un ritual que la verdad no dejo de hacer año tras año, es la de salir y entrar de la casa con maletas, se supone que es para que no falten los viajes en el nuevo año que esta iniciando. Tengo que confesar que no si es que este ritual de verdad funciona, pero lo que si es cierto es que todos los años me voy de viaje, así es que seguiré tragándome la pena de que mis vecinos me vean paseando cual loca una maleta vacía en pleno año nuevo.
También recibo el año nuevo con plata en la mano dizque para que en el nuevo año no falte el dinerito y el primer beso y saludo a las minutos siempre se lo doy a una persona del sexo opuesto, o sea a mi esposo, esto ultimo ni me acuerdo para que servia, pero siempre lo hago y para finalizar como una cucharada de lentejas dentro de los primeros minutos del nuevo año para tener prosperidad, obvio que cocidas, ni modo que me las coma crudas. Entre las 12 uvas y las lentejas siempre rezo que no me de una indigestión, porque ni hablar de todo lo que comí en la cena de año nuevo.
La verdad no se si esta gran dosis de superstición sirva de algo o son meras boberías, pero de lo que si estoy segura es que el mejor ritual o cábala o como le quieran llamar es sin lugar a dudas el de recibir el nuevo año 100% POSITIVA, feliz, con fe, cero lagrimas, cero enojos y con la mente llena de esperanza de que el nuevo año será mucho mejor que el que acaba de irse.
¡Feliz 2011, que Dios me los bendiga!
Besitos Gordos,
Yessica Peralta